Anemia: importancia de un buen diagnóstico
¿Qué es la Anemia?
La Anemia, tal y como la conocemos hoy en día, no es una enfermedad en sí misma, sino que más bien es un conjunto sindrómico de signos y síntomas bajo los cuales habrá que investigar si hay una enfermedad que los cause. No obstante, la Anemia puede definirse como la dificultad o disminución del transporte de oxígeno por parte de los glóbulos rojos al resto de tejidos del organismo.
Síntomas de la Anemia
El síntoma principal que produce la Anemia es el cansancio. Otros pacientes también refieren Dolor de Cabeza, molestias articulares, visión borrosa y, un síntoma tradicional, sobre todo en niños, aunque cada vez se ve con menos frecuencia (porque se trata, en su mayoría, de Anemias que se dejan evolucionar durante mucho tiempo) es la apetencia por el yeso de la pared, lo que se llama “Pica”.
Por otra parte, aunque todo depende de la causa originaria de la Anemia, encontramos:
- Palidez
- Caída excesiva de pelo
- Uñas quebradizas (cuando la causa que subyace a la anemia es un déficit vitamínico)
- Aumento de frecuencia cardíaca y/o respiratoria
- Bajada de cifras tensionales
- Tinte amarillento de piel y/ o mucosas (Ictericia)
- Aumento de tamaño del hígado o bazo
¿Todas las Anemias son iguales?
No todas las Anemias son iguales y se pueden clasificar de muchas formas. Una clasificación se da desde el punto de vista epidemiológico; así, hay Anemias más frecuentes en la edad pediátrica, otras en la edad adulta y otras en la senectud. De hecho, incluso durante el periodo fisiológico de embarazo hay procesos anémicos más prevalentes.
Otra clasificación es según el origen:
- Anemia de origen central o arregenerativa: si se produce por defecto de fabricación eritrocitaria en la médula ósea, que es la fábrica donde se generan todas las células que nos encontramos en la sangre
- Anemia hemolítica: por exceso de destrucción en el torrente sanguíneo
Otra forma de clasificar la Anemia es según el tamaño del glóbulo rojo, medido por un parámetro de laboratorio llamado volumen corpuscular medio. Así, tenemos:
- Anemias microcíticas, que producen glóbulos rojos pequeños y causan déficit de hierro
- Anemias normocíticas, que cursan con glóbulos rojos de tamaño normal y que es una anemia derivada de enfermedad crónica
- Anemias macrocíticas, que cursan con un tamaño eritrocitario incrementado y que es una Anemia derivada de déficit de vitamina B12, Alcoholismo, Enfermedad Hepática
Como vemos, hay muchas enfermedades sistémicas que subyacen a la generación de un proceso anémico. La hematología es una especialidad que se correlaciona con otras especialidades clínicas y quirúrgicas.
Diagnóstico de la Anemia y la enfermedad que la subyace
El estudio de cualquier Anemia debe ser reflexivo, cuidadoso y sistematizado. En ella muchas veces interactúan varios especialistas. Todo pasa por realizar un buen estudio de Anemias donde se recojan datos clínicos de antecedentes familiares y personales del paciente, exploración física y un adecuado estudio de pruebas complementarias. Mediante estas pruebas el especialista irá descartando procesos y patologías hasta dar con el origen de la misma y aplicar el tratamiento adecuado.
Un mito que debemos evitar, en el que muchos médicos incluso incurrimos en error, es considerar que un paciente tiene Anemia cuando el recuento de glóbulos rojos es bajo. Nada más lejos de la realidad, puesto que hay procesos anémicos que cursan con recuentos eritrocitarios muy por encima de los normales.
El parámetro de laboratorio que nos ratifica si estamos o no ante una anemia es el nivel de hemoglobina en sangre o el hematocrito. Esta es la proteína que tiñe el glóbulo rojo de este color y la encargada de transportar el oxígeno hacia el resto de los órganos del cuerpo.
¿Todas las Anemias se tratan con hierro?
Esta es otra idea que debemos olvidar. Según la causa de la Anemia se trata de una forma u otra. No hay que olvidar que hay procesos anémicos que cursan con niveles de depósito de hierro alto en el organismo.